El ser humano y sus dimensiones, acciones, sueños, capacidades, éxitos y tropiezos: he aquí un nutrido grupo de venezolanos de inigualable genio y figura, de logros avasallantes, de aplausos interminables, de reconocimiento público al punto que pareciera que no han partido. Siguen con nosotros a través de su legado, de los recuerdos que evocan cuando hablamos de estas historias que cambiaron vidas.
Memo Morales
Ser un niño prodigio era difícil de reconocer a mediados de los años cuarenta; si a lo mejor sus padres se hubiesen dado cuenta le habrían hecho el camino más llano a este joven de potente voz. El estado Zulia hizo de las suyas una vez más, otro inmortal artista saldría de sus filas para conquistar corazones y enamorar audiencias.
Nacido en una familia gaitera, como debe ser, quien conocemos como Memo Morales cantaba en programas donde el fanatismo superaba a la profesión, todos eran principiantes, con nervios y miedos que aumentaban cada segundo antes de la presentación. Cantar no es fácil pero parece un juego de niños para este consagrado que sin imaginarlo ganó su primer reconocimiento interpretando un tango.
Como buen cantante −carrera que tiene la misma reputación que los marineros con novias en cada puerto−, Memo coqueteó con varias agrupaciones, hizo coros, segundas voces e integró las filas de al menos cinco orquestas donde creció e incluso cantó en uno de los célebres cumpleaños de Marcos Pérez Jiménez.
Sin embargo, cuando la estridencia de los sesenta comienza a hacerse sentir en una generación dividida entre el rock, la liberación sexual y la ruptura de paradigmas, surge la orquesta que daría brillo a este diminuto caballero que con simpatía y gallardía tomaba el micrófono para arropar al público con su voz: la Billo’s Caracas Boys.
Sus compañeros serían también historia en el mundo de la música: el Guarachero de América Cheo García, El Puma José Luis Rodríguez y Memo, conocido como el Gitano Maracucho. Definitivamente ni se compra ni se vende el cariño verdadero que entregaron a generaciones enteras amenizando fiestas, navidades y dejando recuerdos imborrables en el colectivo de todo un país. Entre sus proezas está haber sido reconocido como ciudadano honorífi co y embajador de buena voluntad en Houston, Estados Unidos y pese al reconocimiento su rumbo hacia otras orquestas continuó; entre las que más marcaron su carrera está la Gran Orquesta de Cheo y Memo. Sus canciones van más allá de quien las compuso o quien las interpretó primero. Memo Morales tenía el encanto de una escena única sin necesidad de desplazarse o afanarse en coreografías, su potentevoz ya hacia el trabajo.
Gran venezolano, padre de familia, cuatro hijos y una esposa que lo acompañó al punto de convertirse en su manager para poder cuidar de cerca a este portentoso artista. Tal fue su entrega que su vida se apagó pero su voz melodiosa recorre aún nuestras vidas.
Iván Loscher
La radio venezolana se vistió de luto el pasado miércoles 22 de febrero tras el fallecimiento de Iván Loscher, figura emblemática de la radiodifusión latinoamericana y voz de múltiples marcas en el mundo. Con más de 40 años de trayectoria en medios nacionales como Éxitos, La Mega y Radio Capital, el también voice over cruzó fronteras e hizo eco en Uruguay, Chile, Argentina y Ecuador.
Su vida no siempre estuvo detrás de los micrófonos. Loscher estudió filosofía en la Universidad Central de Venezuela. Sin embargo a los 13 años ya estaba convencido de que quería estar en un estudio de radio. Aunque suene sorprendente Iván se dejó seducir por la locución tras sus múltiples visitas a Radio Capital donde ejerció su primer empleo como vendedor de quesos. Iván vendía los productos lácteos a los trabajadores de la emisora y así fue como encontró su primera oportunidad.
Desde Radio Capital encantó con su sapiencia y afición al rock and roll. Iván Loscher trabajó colocando a los mejores exponentes de un género con “consideraciones vanguardistas” durante dos horas, en la que fue su casa por más de 50 años.
Además de locutor, también dio pasos en la escritura al publicar el libro Alternativa en el año 1976 y que fue reeditado en 2009. Escribió más de siete obras literarias y gran cantidad de contribuciones en periódicos, revistas y columnas de humor. Cabe destacar que al momento de su fallecimiento, Loscher trabajaba en el Circuito Éxitos de Unión Radio en Venezuela, Radio Tiempo Network en Colombia, Actualidad Radio en Miami, la Pop Radio argentina, Radio Mágica y Americatel de Perú.
Loscher afirmaba que le gustaba aprender de la gente joven: “es la única forma que se tiene de prolongarse un poco en el tiempo e ir aprendiendo cosas nuevas, es una forma de evolucionar”.
Esther Orjuela
Actuar alberga un sentimiento de compromiso y respeto que enamora, cautiva y desgarra. Cada actor cede su ego para transformarse en un personaje que sufre una vida que no es propia, que goza un disfrute que no le pertenece, que piensa con sentimientos que le son ajenos, que en conjunto evocan una vida imaginaria o inspirada en hechos reales que con una buena interpretación se hace visible, palpable, creíble. El personaje existe en el actor.
Con la candidez de una niña y la dulzura de una madre, Esther Judith Orjuela Guillén, más conocida como Esther Orjuela, fue una de esas actrices que dejó su vida en cada relato. Comenzó a soñar en Radio Caracas Televisión y aunque quería estudiar medicina tuvo el honor de debutar en la épica novela La Fiera.
De allí son muchos los títulos que sumaron su nombre a un elenco. Madre de familia y excelente compañera, la desaparición física de Esther alberga otro relato triste que transita en nuestros hospitales, un tumor que apagó su refl ector y la sacó de escena.
Esther, mujer de teatro y de television, encarnó con entrega personajes que entre drama y comedia le permitieron demostrar su temple como actriz. En su caso no es un personaje lo que la hace inolvidable, es su gran compromiso con una carrera llena de rivalidades y trivialidades que obligan a que el talento se soporte con sabiduría para que un personaje pueda trascender como ella lo lograra.
Entre sus últimos trabajos destacó su participación en la telenovela de Venevisión Natalia del mar, donde interpretó el personaje de Fernanda de Rivas. Su última incursión en la pantalla chica fue en la serie A puro corazón transmitida por Televen en 2015.
Roberto Lamarca
El firmamento venezolano pierde otra estrella: Roberto Lamarca Gabrielle. De origen italiano desde muy niño llegó a Venezuela, el país de las oportunidades. Comenzó desde pequeño a participar en programas de variedades. A los 18 años emprende formalmente su camino de actor rumbo al estrellato en cine y televisión.
Su carrera ha cosechado éxitos, aplausos y múltiples reconocimientos en títulos inolvidables de novelas que mostraron el brillo de Roberto Lamarca como una gran estrella de la actuación. Abigail, El desprecio, Guerra de mujeres, Amantes de luna llena, Cosita rica, El amor las vuelve locas, son algunos de los éxitos dramáticos en los que desmostró su temple logrando convertirse en un particular personaje que le robaría el corazón a todo un país.
Por estas calles fue la novela que marcó la década de los noventa y que también dejó un precedente en la vida del artista. Lamarca interpretó magistralmente a un profesional de la medicina mujeriego y corrupto, que a pesar de ser el refl ejo de la cruda realidad que vivía el país, logró seducir con su carisma al público, inmortalizándose como el inolvidable Doctor Valerio.
En su vida Roberto Lamarca demostró su humildad y buen humor.
Fue un gran compañero, querido y admirado por todos. Su profesionalismo lo mantuvo siempre en el tope de los actores más prestigiosos de telenovelas. Entre sus parejas del espectáculo destaca Caridad Canelón con quien además consolidó una familia, aunque luego se disolviera.
Hoy el mundo del entretenimiento venezolano se viste de luto por este actor cuya afección pulmonar se agudizara tras la presencia de un hongo que complicó su estado de salud y que mantuvo en vigila a familiares y amigos renuentes a darle el último adiós. El momento llegó para el inolvidable Doctor Valerio, y una estela de recuerdos y reconocimientos a su paso para mantenerlo vivo en nuestras mentes y corazones.
Ramón Pasquier
El cáncer nos ha sacado varias lágrimas, muchas de ellas sorpresivas otras más anticipadas, pero lágrimas son lágrimas. Un periodista que es bueno en su trabajo evoca esos planteamientos de los padres cuando le dicen a los hijos: “si vas a ser chichero tienes que ser el mejor chichero”, con el respeto y la admiración a los que nos refrescan con ese dulce néctar proveniente del arroz, todas las chichas parecieran ser buenas sin embargo no todos los periodistas, logran dejar huella.
Agudo, sagaz, siempre al acecho sin rivalizar, ni fusilar, Ramón Pasquier fue un paladín de la comunicación, un conversador, un buen practicante del sarcasmo que encontró muchos medios para alzar su voz: la radio, la televisión, la prensa escrita; cualquier medio es válido para un comunicador cuyo talento no se puede ocultar.
Con 52 años dijo adiós y los medios radioeléctricos enmudecieron. Culto y de un gran buen humor, dejó como legado haber sido uno de esos rostros del periodismo que no se olvidan con facilidad por su capacidad analítica y sus analogías magistrales. Profundo y discreto, Ramón logró brillar con su estilo no convencional, sin engolamientos ni poses pero sin perder su elegancia en el verbo. Quizás por haber incursionado en el teatro, su puesta en escena siempre logró seducir a la audiencia, desde las aulas de la Universidad Católica Andrés Bello donde se formó, fueron muchos los momentos brillantes de una mente brillante como la de Ramón Pasquier.
Sofía Ímber
Rumania vio a nacer a una venezolana única e irremplazable, Sofía Ímber Barú, periodista y promotora del arte en nuestro país donde dejó una profunda huella.
Fundadora del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, esta mujer magistral alcanzó metas avasallantes y demostró sabiduría y profesionalismo en cada actuación. Llegó a Venezuela en la década de los años treinta y aunque la situación económica de sus padres no sonreía, hicieron el esfuerzo de ofrecerle la mejor educación a ella y a su hermana quien tiene el mérito de ser la primera mujer en graduarse como médico en Venezuela.
Sofía se casó con el escritor Guillermo Meneses en 1944 y con él tuvo cuatro hijos: Sara, Adriana, Daniela y Pedro. Con su esposo realizó viajes a Europa como miembro del servicio diplomático y fue allí cuando comienza a establecer relaciones con intelectuales de izquierda y artistas venezolanos agrupados bajo el nombre de Los disidentes. Tras regresar a Venezuela una segunda oportunidad en el amor la reencuentra con el periodista Carlos Rangel con quien escribe nuevos capítulos de una historia matizada por el éxito y el prestigio. Desde que la televisión daba sus primeros pasos en blanco y negro, Sofía comenzó a ascender sin imaginar que su vínculo con el arte la llevaría al punto máximo del reconocimiento. Funda el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas donde se exhibieron más de cuatro mil obras catapultando a Sofía como la promotora de una de las mejores colecciones de arte de América Latina.
Entre las múltiples condecoraciones y reconocimientos que ha recibido se encuentran la Órden del Libertador (Venezuela) y la Medalla Picasso, que otorga la Unesco, convirtiéndose en la primera latinoamericana en recibir este premio. Ha recibido asimismo la Legión de Honor, en grado de Chevalier, del gobierno de Francia; el Águila Azteca (México); la Cruz de Boyacá (Colombia); la Orden al Mérito (Italia); la Orden de Mayo (Argentina); la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral (Chile); la Orden del Río Branco (Brasil); la Orden del Mérito Civil (España); la gran cruz de la Orden de Isabel la Católica del gobierno español y múltiples otras condecoraciones internacionales.
Un día antes de morir le habría sido conferida la distinción Doctorado Honoris Causa por la Universidad Simón Bolívar, en reconocimiento a su “destacada trayectoria profesional y sus contribuciones significativas al progreso social y cultural del país”.
Estos venezolanos con vidas extraordinarias nos han regocijado con su talento y su entrega. Se han convertido en fuentes de inspiración para generaciones que al igual que ellos desean volar alto y trascender con vidas marcadas por un rutilante éxito.
Estas líneas las dedico a jóvenes que a pesar de tener ganas, la violencia los ha puesto en el listado de vidas arrebatadas; para ti Arnaldo Albornoz…
Osman Aray Twitter: @osmanoriginal | Instagram @osmanaray