Una hazaña sobre la nieve
En Santa Cruz de Mara ni siquiera el más iluso se atrevería a soñar con esquiar en la nieve. Esta población está ubicada al nivel de las aguas, muy cerca del estrecho que une al Lago de Maracaibo con el Mar Caribe y en el comienzo de -la Península Guajira.
En ese árido territorio se asentaron hace siglos las tribus de las etnias wayuu y añú, quienes han tenido que luchar contra las inclemencias del clima. Sol, calor, polvo, humedad, es lo que predomina en esta población situada a unos pocos kilómetros de Maracaibo y en la vía hacia la frontera con Colombia. Nada más opuesto a la altitud, el clima y la vida placentera en lugares como Graz, Schladming, Rohrmoos y Ramsau, todas ubicadas en Austria, con bajas temperaturas y enclavadas entre altas montañas cubiertas por el blanco de la nieve.
En estas localidades de Austria se efectuaron las Olimpiadas Especiales de Invierno. Atletas con algunas discapacidades llegaron de distintas partes del mundo buscando la gloria para sus países. Para sus lugares de origen. ¿Y qué tienen que ver estos Juegos de Invierno con la muy calurosa Santa Cruz de Mara? Pues, un nombre: Leonardo Acosta.
Se levantó ante la adversidad
En el mismo corazón de la guajira venezolana llegaron al mundo el 26 de octubre de 1991, dos niños prematuros. Uno de ellos se llamó Alonso Antonio Acosta. Su hermano
morocho, Leonardo.
Para Leonardo no fue fácil nacer con tan poco peso y semanas de gestación. Al poco tiempo de llegar al mundo sufrió un ACV que dejó algunas secuelas que marcarían su vida: defi ciencia intelectual, estrabismo y defi ciencias motoras.
Estas características, que para muchos pudieran ser impedimentos, para Leonardo fueron estímulo e inspiración. Practicaba fútbol y competía con éxito en eventos nacionales para niños con alguna discapacidad.
Y fue a través de estos campeonatos que el destino colocó al oriundo de Santa Cruz de Mara en Austria. Fue escogido en un sorteo que se realiza entre campeones nacionales para representar a Venezuela en las Olimpiadas Especiales de Invierno de 2017. En su horizonte se levantaba un reto más grande que conocer la nieve: esquiar en esa nieve que apenas conocía en fotografías e imágenes. Leonardo Acosta se preparó en cálidos arenales, con altísimas temperaturas e implementos casi rudimentarios. También con mucho corazón y confi anza en sí mismo.
Contra todo pronóstico fue a Austria y conquistó la nieve que jamás había pisado. Había sobrevivido desde su nacimiento y había logrado levantarse entre las adversidades de un territorio agreste en el cual creció. Si había logrado eso, la nieve no le iba a impedir conquistar la gloria.
En los 100 metros caminata sobre nieve o snowshoeing obtuvo la medalla de oro, en el relevo 4×100 se quedó con la medalla de plata y en los 200 metros con la de bronce. Leonardo Acosta logró una hazaña sin precedentes para el deporte venezolano.
Triunfo de altura
Acosta sobresalió con su triunfo y su historia de superación, pero el pabellón venezolano ondeó muchas más veces en Austria. Un total de 22 atletas compitieron por el país y lograron traerse 16 medallas, entre ellas 7 doradas, 7 de plata y 2 de bronce, para superar la mejor actuación precedente en Corea del Sur 2013, en la cual se consiguieron 11 preseas. Junto a Leonardo, José Astudillo obtuvo la dorada en 100 metros, Karlenys Arcia en 200 metros, Angelys Fernández en patinaje de velocidad 25 metros y Luis Ladera en patinaje de velocidad 25 metros. El relevo 4×100 caminata de nieve −con Leonardo Acosta− ganó la medalla de plata al igual que José Astudillo en los 200 metros, Karlenys Arcia en los 100 metros, Rubén Yzarra en patinaje de velocidad 111 metros y 222 metros y el equipo de fl oorball. Acosta cerró la cosecha con bronce en 200 metros y su compañera Franyeli Rivas en 100 metros. El próximo reto de Leonardo Acosta y el resto de atletas venezolanos es superar esta actuación en las Olimpiadas Especiales de Invierno que se celebrarán en Dubai durante el año 2019.
También lo intentó
Antes de esta hazaña venezolana, otro nativo de esta tierra intentó ante muchas difi cultades dejar en alto el nombre del país: Adrián Solano. Pero para Solano fue un viacrucis hasta llegar al Campeonato Mundial de esquí a campo traviesa en Finlandia.
Tampoco había competido en la nieve. A principios de año intentó cumplir con una rutina de preparación previa participando en un campamento de entrenamiento en Suecia para adaptarse a la nieve y las condiciones del evento. Sin embargo fue retenido por autoridades francesas en la escala en París, cuando la policía no creyó la versión de un joven de tez morena y apariencia humilde que con apenas 48 euros en el bolsillo había iniciado una odisea.
Solano fue objeto de discriminación y estigmatizado como “un venezolano que huía de su país buscando nuevos horizontes y mejores oportunidades”. El mal trato de las autoridades francesas le impidió cumplir con el período de adaptación previo al campeonato mundial. Y el resultado no podía ser otro. Adrián Solano tuvo muchos problemas en su prueba clasifi catoria de 10 kilómetros, sufriendo múltiples percances y caídas, siendo objeto de burlas y ridiculizado en las redes sociales. Fue califi cado como “el peor esquiador del mundo”, sin embargo quienes saben valorar los esfuerzos pudieron apreciar el suyo, su tenacidad y su atrevimiento de competir en la nieve sin haber trabajado previamente en ella.
Para el futuro
Sin duda alguna que la hazaña de Leonardo Acosta y sus compañeros, así como el esfuerzo y la lucha de Adrián Solano deben ser un punto de partida. Hay deseo, hay empeño, hay talento. Con un poco más de la atención recibida y un poco más de apoyo organizacional y de preparación, seguramente muchos talentos del país podrán competir en otros eventos mundiales de invierno.
Algunos lugares de nuestra Venezuela pudieran ser aprovechados por su altitud para establecer campamentos de preparación inicial y este podría ser un punto de estímulo para otros Leonardo Acosta que andan por ahí soñando en cualquier parte del país. Incluso, a nivel del mar y bajo el inclemente sol de las costas venezolanas.
Fernando Bravo
Periodista deportivo
@jfernandob