Abominable es el concepto el cual nos ha marcado para nunca olvidar los peores actos de crimen cometidos por la policía nacional de Colombia ante los habitantes de su mismo país.
Sangre, gritos, torturados, desaparecidos, gente lanzada desde carros policiales casi muertos después de quebrarlos con los peores golpes de torturas.
Seres humanos apenas respirando en estado de shock son lanzados a patadas desde toda clase de vehículos de la policía.
Es la actuación paramilitar, sicarial, es el cártel quien actúa, a la final juntos policías y esta clase de delincuentes se han entrenado juntos.
Colombia, Estado fallido donde ni el parlamento ni un candidato presidencial con rostro de gafo -bobo- dicen nada.
Todos miran primero al Matarife antes de hablar. Como cuando primero miraban a Pinochet en el edificio del Congreso en Valparaíso.
Con miedo no podemos vivir.
¡Colombiano, tienes el derecho a revelarte!
Ochenta años marcados de violencia por la cual debe responder la actual oligarquía, más lo vivido a partir de 1800 te dan ese derecho, esa responsabilidad, esa obligación.
¡Colombiano!, la sangre depositada en tus calles se une a cientos de litros derramados no como un arrollo o un río, no, peor, como un mar!
¡Levántate duro y con fuerza porque vendrán más asesinatos!
Latinoamérica y el Caribe, repudiamos estos actos atroces, esta barbarie.
En la entrada del Palacio de Nariño está el perro Cancerbero de tres cabezas, adentro está el negreo circulando en la Barca de Caronte.
La muerte, el homicidio, la tortura navega Colombia.
Hasta más pronto…
Miguel A. Jaimes N.