Estados Unidos había decidido replegar su influencia internacional con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Ni tratados de libre comercio con otros actores, ni intervenciones militares en el extranjero. Sin embargo, cuatro meses después de ser investido presidente, Trump ya ha lanzado bombas sobre Siria y Afganistán y parece decidido a reactivar las negociaciones sobre el TTIP con la UE.
Este lunes se reunieron en Washington Cecilia Malmström, comisaria de comercio de la UE, y Wilbur Ross, secretario de Comercio de Estados Unidos, para dialogar sobre una posible reactivación del controvertido tratado de libre comercio TTIP entre EEUU y la Unión Europea.
En una entrevista concedida al diario británico Financial Times, Ross cuestiona indirectamente la efectividad de la idea proteccionista que ha abrazado la nueva Administración norteamericana desde su llegada.
«Claramente en algún momento tenemos que hacer algo con Europa», afirma, ya que «parece un poco raro que un coche que se envía desde México a Europa no pague aranceles, ya que tienen un acuerdo bilateral con la UE y un coche que se envía desde los EE.UU tenga que pagar la tarifa completa».
Aun así, Ross considera que la reactivación de las conversaciones con Europa no supone una contradicción en la posición de Estados Unidos, ya que según él, la intención de Trump siempre ha sido buscar acuerdos comerciales “más satisfactorios” con los grandes socios económicos de EEUU.
En la entrevista afirma que la idea parte de la necesidad de reducir el déficit comercial transatlántico de Estados Unidos, valorado en 146.000 millones de dólares, según el Financial Times.
En cualquier caso, los funcionarios estadounidenses advierten que la reunión de esta semana con la UE no dará lugar a una rápida reanudación de las negociaciones con Bruselas. Se calcula que hasta las elecciones de Alemania del próximo mes de septiembre no habrá avances significativos. En gran medida por las suspicacias a ambos lados del Atlántico.
EEUU tiene dudas sobre la influencia que podría tener la negociación del Brexit en la UE así como los funcionarios de la Unión recelan de entablar relaciones con Donald Trump, la figura política más impopular dentro de la zona.
