El 21 de diciembre de 2016 el Departamento de Justicia de los EEUU, hizo pública una investigación que implicaba a la empresa brasileña Odebrecht en una red de pago de sobornos con el fin de lograr la adjudicación de distintos proyectos de ingeniería y construcción en doce países de Latinoamérica y África. El caso contra Odebrecht se deriva de una investigación contra la petrolera estatal brasileña Petrobras, iniciada en 2014 y conocida como “Operación Lava Jato”1 (Operación Autolavado), en la que el fiscal Rodrigo Janot perteneciente al Tribunal Supremo de Justicia, expuso ante la opinión pública una supuesta trama de corrupción que implicaba a la élite política de Brasil. Sin embargo, fue Estados Unidos quien decidió adelantar una investigación en paralelo contra Odebrecht.
A pesar de que no existen denuncias de sobornos en EEUU y Suiza2 (otro de los países, junto a Brasil que adelantan investigaciones), la legislación de ambas naciones autoriza a investigar y procesar a empresas extranjeras por hechos de corrupción fuera de sus fronteras, con la condición de que las compañías mantengan alguna conexión con Suiza o EEUU.
Ese mismo diciembre de 2016, la compañía Odebrecht informó que llegó a un acuerdo de colaboración con la investigación que lleva adelante el Departamento de Justicia estadounidense, lo cual implicaba pagar la suma de USD 2.600 millones a Brasil, EEUU y Suiza como multas por dichos delitos, además de proveer más información sobre los sobornos y aceptar la culpabilidad en el hecho. A su vez la filial de Odebrecht que se dedicada al negocio de la petroquímica tendrá que desembolsillar la suma de USD 957 millones. En total, la gigante corporación brasileña pagará en multas alrededor de USD 3.500 millones, lo que desde ya viene a convertirse en la suma más alta que nunca se haya pagado por este tipo de acuerdos judiciales.
EEUU y el doble rasero de la corrupción corporativa
Sin embargo, la forma en que se han conjugado las empresas mediáticas de difusión y la justicia en el tratamiento del caso de Odebrecht, es observada por el investigador William Serafino, como estrategia de espectacularización y sensacionalismo que busca hacer pensar “…que la corrupción es un invento reciente o nació en 2016”. En su artículo titulado “Odebrecht o el sesgo moral de la corrupción”3, Serafino refi ere que la justicia norteamericana ha sido bastante proclive a olvidar casos de corrupción cuando la empresa que delinque pertenece al establishment de la política norteamericana. Un ejemplo de ello viene a ser el escándalo de corrupción en el que se involucró la empresa petrolera Exxon Mobil en Nigeria. El escándalo lo destapó el periódico británico The Guardian quien en junio de 2016, obtuvo documentación que demostraba que la empresa petrolera estadounidense estaba bajo investigación de la unidad de crímenes económicos y financieros del país africano por sobornar a funcionarios del gobierno nigeriano con el fin de hacerse de los ricos campos petroleros de Oso, Ekpe, Edop y Ubit, considerados los más rentables de dicha nación.
Según el grupo de transparencia y anticorrupción citado por The Guardian¸ las sospechas contra Exxon Mobil comenzaron luego de que la empresa petrolera china (CNOOC) ofreciera 3 mil 750 millones de dólares, más del doble ofrecido por Exxon Mobil, y que además, el gobierno nigeriano, no sólo no aceptara la oferta de CNOOC sino que redujera el precio de la licitación de 4 mil millones de dólares iniciales, hasta la cifra que Exxon accedió cancelar. Pero este hecho no es el único en lo que parece una habitual forma de proceder de la empresa petrolera Exxon Mobil. El periódico New York Times expone en un artículo titulado “Oil, Cash and Oil”, cómo ya en 2003 la misma empresa fue investigada por sobornar al gobierno de Kazajistán, al cual le pagaron una suma que rondaba los 120 millones de dólares para lograr exclusividad en la explotación de los pozos petroleros del país. Y la estela de malas prácticas se extiende incluso a otras compañías estadounidenses como la firma de ingeniería y construcción KBR, perteneciente para ese entonces a la poderosa Halliburton, que pagó sumas millonarias a los funcionarios de Kazajistán para lograr contratos en ese país.
Las nuevas estrategias de desestabilización e injerencia política
El caso de Odebrecht no parece ser el único donde la supuesta lucha contra la corrupción emprendida por Estados Unidos, esconde objetivos políticos ulteriores. Algunos analistas consideran que el caso de Panama Papers, es el mejor ejemplo de estas nuevas estrategias de injerencia en los asuntos internos de los países. El analista político internacional, Jorge Kreiner, consultado por Telesur, opina que “La filtración de los Panama Papers forma parte de una gigantesca maniobra ‘jamás antes vista’ liderada por algunas poderosas empresas de comunicación y la comunidad financiera internacional para conseguir transferir los fondos de las empresas off shore a los bancos de Estados Unidos, de Reino Unido y de Alemania”. Resulta francamente sospechoso que en dichas fi ltraciones, donde se acusa a compañías y personalidades de esconder sus ganancias fi nancieras en paraísos fi scales, no aparezca ningún nombre de empresas norteamericanas, alemanas o del Reino Unido, países a los cuales pertenecen las dos organizaciones responsables de dicha fi ltración: el periódico alemán Süddeutsche Zeitung y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por su siglas en inglés).
Según la cadena de noticias Russia Today (RT), este último consorcio es financiado por organizaciones como la Open Society Foundations dirigida por el magnate y especulador fi nanciero estadounidense George Soros y la Fundación Ford, las cuales según investigadores como Frances Stonor Saunders y Daniel Estulin, estarían conectadas a la CIA y se han “especializado en propaganda cultural internacional desde fi nales de la Segunda Guerra Mundial”, reseña RT. Para añadir más pruebas sobre la poca probable imparcialidad de dichas fi ltraciones, el propio el viceportavoz del Departamento de Estado estadounidense, Mark Toner, admitió que “los periodistas recibían fi nanciación de varias fuentes, incluido el Gobierno de EEUU”, a través de mecanismos como la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid).
Todos contra Odebrecht
A pesar de estos antecedentes, el tratamiento mediático y político que se le ha dado al caso de Odebrecht no tienen comparación. Para el estudioso de la geopolítica latinoamericana, Raúl Ojeda, la investigación iniciada por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos tiene un único objetivo: ir en contra de los líderes y movimientos progresistas de Latinoamérica. “…Está en pleno desarrollo la re-edición del ‘Plan Condor’ en América Latina. El Departamento de Estado de EEUU ha desatado una gran polémica con respecto al caso de corrupción ‘Más Grande’ de América Latina’, en donde las inversiones y contratos con esta empresa superan los 20 MM de dólares. ¿Qué hizo el Departamento de Estado? Filtró documentos de la empresa, generó una lista con supuestos sobornos a ‘altos líderes’ de los gobiernos en una decena de países y fi nalizó diciendo: Lula y Dilma son los más responsables con este gran caso de Corrupción”. Lo que estaría oculto dentro de esta supuesta lucha contra la corrupción sería hacerse con el control de los inmensos yacimientos petrolíferos encontrados en Brasil, cerrándoles el paso a gobiernos que busquen la defensa de la soberanía y defensa de los recursos naturales.
Para el político Lyndon LaRouche, la guerra emprendida contra Odebrecht es un golpe más del “el escuadrón “anticorrupción”4 de Wall Street enquistado dentro de la burocracia permanente del FBI y del Departamento de Justicia. Un grupo muy bien articulado que aunado al entramado mediático, desarrolla una nueva modalidad de desestabilización de los gobiernos progresistas de Latinoamérica, atacando las bases de la economía real a través de la paralización de los grandes proyectos de construcción e ingeniería y encarcelando y defenestrando a los líderes que adversan el monopolio del poder por parte de Estados Unidos.
No resulta una casualidad que al hacer una cronología del caso Petrobras, investigación originaria de la cual derivó, según la justicia brasileña, las pruebas para implicar a Odebrecht, las personalidades detenidas por la Fiscalía sean exclusivamente del entorno del ex presidente Lula y de la presidenta Dilma Roussef: Paulo Roberto Costa, director de abastecimiento de Petrobras (marzo, 2014); Marcelo Odebrecht, CEO del grupo que lleva su apellido (junio, 2015); José Dirceau, ex jefe de gabinete de Lula da Silva (agosto, 2015) Delcidio Amaral, senador del partido de los trabajadores (noviembre, 2015).
Sólo después de que la presidenta Dilma Rousseff fuese suspendida de su cargo (12 de mayo de 2016) y apartada de la presidencia de la República finalmente el 31 de agosto de 2016, es que la Fiscalía decide imputar y luego condenar a una pena de 15 años por corrupción al ex diputado EduardoCunha, un ultraconservador impulsor del impeachment de Rousseff . Lo digno de resaltar es que la propia Rousseff no fue destituida por el caso Petrobras u Odebrecht, sino por supuestamente “adulterar cuentas públicas”, una causa por la cual aún no es hallada culpable. El sustituto de Rousseff , Michel Temer, se encuentra investigado por la fiscalía, al igual que ocho de sus ministros, debido a las confesiones de directivos de Odebrecht que lo implican en la trama de los sobornos, sin embargo en este caso, la justicia brasileña no ha actuado con tanta celeridad.
Quedará por ver si ahora con la victoria de Lenin Moreno en Ecuador, se pondrán en marcha al igual que en el caso de Brasil, esta nueva modalidad de guerra híbrida contra los gobiernos progresistas de la región. No faltarán quienes desde los pasillos del Departamento de Estado y las altas oficinas de Wall Street, quieran socavar las bases de uno de los gobiernos que más popularidad ha tenido en Latinoamérica.
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1 “Cronología de la Operación Lava Jato”. http://internhacional.elpais.com/internacional/2017/04/12/actualidad/1492018492_100094.html
2 “Lo que se sabe de la red de sobornos de Odebrecht en América Latina”. . http://www.bbc.com/mundo/noticias-38410759
3 “Odebrecht o el sesgo moral de la corrupción”. http://misionverdad.com/
4 El escuadrón “anticorrupción” de Wall Street ataca las elecciones de Ecuador y la economía física de Iberoamérica. https://es.larouchepac.com/es/20170210/el-escuadron-anticorrupcion-de-wall-street-ataca-laselecciones-de-ecuador-y-la-economia
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José Negrón Valera
Antropólogo y escritor
@josenegronv