El proceso de renovación de nóminas de los partidos políticos convocado por el CNE comenzó el 4 de marzo de 2017. De 59 partidos convocados cuatro según el CNE, y cinco según PJ, han logrado las manifestaciones de voluntades necesarias, como parte de los requisitos del proceso de validación.
Estos mismos partidos han declarado haber desarrollado el proceso de manera satisfactoria, sin embrago, las objeciones siempre van y vienen. Nos preguntamos, ¿cómo un partido político desde el inicio de la convocatoria per se daba por hecho que el CNE pondría todos los obstáculos posibles para que el proceso no se llevara a buen término, y luego de haber realizado el proceso, las declaraciones se inclinan hacia una opinión política más que operativa, alegando que el 0,5% se obtuvo en virtud de que Venezuela quiere un cambio y los deseos de cambiar de gobierno fue lo que impulsó el acopio del porcentaje señalado de la militancia del partido? No se trata de señalar y mucho menos descalifi car esta suerte de contradicción, se trata de que pensemos un poco el asunto; no nos dejemos llevar por la superficie.
Hagamos un análisis político de lo que está ocurriendo en este proceso y dejemos a un lado cualquier manifestación generalizada y adentrémonos en el detalle. En la primera jornada (4 y 5 de marzo) el CNE recibió la manifestación de voluntad por parte de Movimiento Progresista de Venezuela (MPV) y Avanzada Progresista (AP), entre un grupo de seis partidos convocados. Durante la jornada del 11 y 12 de marzo, también se recibieron dos manifestaciones de voluntad, a saber: Voluntad Popular Activistas (VPA) y Unidad Visión Venezuela (UVV), también en un grupo de seis convocados. Entre el 18 y 19 de marzo, por los distintos canales y redes informativas se dio a conocer que Movimiento Primero Justicia (MPJ) cerró su jornada acopiando las rúbricas necesarias; para esta jornada se convocaron a siete partidos políticos. La pregunta que surge es la siguiente: ¿se puede o no se puede recolectar el 0.5%? Respondámonos nosotros mismos.
Estos partidos, no tuvieron inconvenientes por la sencilla razón de que cuentan con su 0,5% de la militancia necesaria para ser considerados, dentro de las normas, como un Partido Político.
Que el CNE no generó las condiciones necesarias, sabemos que este tipo de declaraciones lleva consigo el juego político, sin embargo, creemos que subestimar la inteligencia de la gente en estos momentos coyunturales no deja ningún saldo favorable a menos que en el mediano plazo estos partidos, una vez realizadas las etapas (tres) de la validación de ese 0,5%, y por al guna razón haya un procedimiento errado y el CNE lo anuncie, decidan desconocer tales objeciones y crear condiciones que en lugar de favorecer el proceso lo retrasarían, pues no sería la primera vez que algo así ocurriera en este tipos de eventos. Antes de que ocurra un escenario semejante bien vale preguntarse: ¿el CNE generó las condiciones necesarias para que el proceso de recolección y validación del porcentaje requerido se llevara de manera óptima? Avanzada Progresista, VP y PJ, podrían dar fe de si sí o no. Esto, entonces, parece claro, ya obtuvieron el 0.5%, queda ahora esperar que se lleven a cabo los otros procesos pautados por el CNE.
Del otro lado de la moneda, vemos al Partido Comunista de Venezuela, al que el 25 y 26 de marzo, según el cronograma del CNE, le corresponde validar su militancia, ha manifestado a través de sus voceras y voceros la intención de no presentarse por considerar, entre muchas otras cosas que “esta jornada de renovación desaparecerá al PCV y a otros partidos del GPP”. Entre otra de la razones que esgrimió Oscar Figuera para no atender a la convocatoria, resalta su opinión de que “llegaron a esta resolución por vivir en una sociedad `burguesa´ y `capitalista´ que persigue a los comunistas…”.
Difícil de desenmarañar estas posiciones y los pareceres de cada partido convocado. Por un lado no se cree en el CNE en tanto a la operatividad del desarrollo de las jornadas, es decir, que si son pocas máquinas, que no llegan a determinados territorios, etc.; pero por otro y menos circunstancial, la valoración que se le da al proceso es que es altamente negativa y contraproducente para los partidos políticos, incluso para la seguridad futura… ¿Se estará pensando en un posible gobierno de ultra derecha?
Elena Carrillo
Profesora Universitaria